viernes, 27 de enero de 2012

Fleury-Joseph Crepin



Un día de 1939, Joseph Crépin oyó una voz que le ordenó pintar trescientos cuadros. Si lo lograba, dijo la voz, acabaría la guerra. Crépin se puso manos a la obra y terminó la tarea el 7 de mayo de 1945, el día de la capitulación de Alemania. Un tiempo después, la voz se dejó oír de nuevo: si pintaba cuarenta y cinco cuadros más, conseguiría asegurar la paz futura del mundo. Crépin se aplicó de inmediato y comenzó la nueva serie de obras. Falleció en 1948, poco después de dar los últimos toques a la pintura número cuarenta y tres.
















































Fleury-Joseph Crepin, ( 1875-1948 ) un plomero del puerto frances de Calais, comenzó a pintar en la década de sus sesenta tras una nueva consciencia de sus poderes espirituales. Impulsado por una amigo suyo que también era artista espiritista, Augustin Lesage, y guiado por una fuerza sobrenatural que guiaba todas sus acciones, Crepin empezó a llenar libros de ejercicios escolares con cientos de patrones y dibujos. Después, pasaba todos estos dibujos a pedazos de papel más grandes, primero con lápices de colores y luego con óleos, numerándolos meticulosamente. Dubuffet mostró gran interés en el estilo estrictamente geométrico de Crepin, nombrándolo un artista “anti-natural” cuyo talento matemático venía de sus contactos espirituales. El artista francés terminó 300 pinturas antes de comenzar con una serie de 45 “Tablas Maravillosas”.






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